Los inicios se remontan a 1990. Los veinteañeros hermanos, Pancho Rojas (cantante sin mayor experiencia) y Cristóbal Rojas (baterista del grupo
Muy pronto los músicos se percataron de un aspecto fundamental. Para que el conjunto lograra la potencia arrolladora que tenían en mente, se necesitaba una segunda guitarra eléctrica. La encontraron en la escuela del jazzista Roberto Lecaros. En el invierno de 1991, los Corneta como quinteto subían al escenario de
Aquella noche de jam-rock no sólo apareció por
Para fines de 1991,
En su segundo año de acción, la banda había salido absolutamente del anonimato. Iban desde los escenarios del rock noventero hacia los del nuevo jazz con toda soltura, dado el origen de sus principales músicos. Pancho Rojas era lo más cercano a un frontman del rock and roll, escribía letras consistentes, tocaba la armónica y generaba gran magnetismo entre el público. Cristóbal Rojas era la vena más sólida y se establecía como el gran baterista del rock que luego fue, mientras que la dupla de guitarras eléctricas llegó a funcionar tan ensambladamente como los tándems jazzísticos de trompeta y saxofón. Entre los Rodríguez siempre existió la conexión de miradas y groove adjunto en cada parida. Mientras uno practicaba solos incendiarios, el otro desarrollaba el soporte con conocimiento real de cada idea propuesta. Si algo diferenció a
Pero el choque de personalidades y propósitos entre Pancho Rojas y Pedro Rodríguez comenzaba a transformarse en una bola de nieve. A eso había que sumar los permanentes problemas de disciplina de Caballero, que ya lo habían sacado de la banda. El grupo se había quedado sin uno de sus mejores elementos. El reemplazante en las cuatro cuerdas fue Nelson Arriagada, quien también tocaba para el grupo
La caída final
Rojas gustaba del rock duro tipo Faith No More (estaba muy atraído por una figura como Mike Patton), mientras que Rodríguez seguía atado a las raíces bluseras (entonces no escuchaba más que a Jimi Hendrix). Las performances de los Corneta eran consideradas por un abierto llamado al apareamiento de los asistentes. Las jornadas de blues-rock podían ser musicalmente orgiásticas desde el escenario y traspasarse a la audiencia. Un sello que acompañó los mejores momentos de la banda.
En 1993 Arriagada dejó el grupo para comenzar una larga residencia en Alemania y convertirse más tarde en contrabajista de jazz. Entonces volvieron a recurrir a Caballero como bajista. Hasta el final de su vida, el quinteto se mantuvo resistiendo la ruptura a pesar del choque de concepto entre Rojas y Rodríguez. Pero hacia afuera,
La gira de presentación del álbum ni siquiera alcanzó a terminar su primera etapa. La tensión colectiva iba en alza y hacia fines de ese año resultaba inmanejable. Caballero dejó definitivamente el proyecto y para el lanzamiento de “Perros Días”, los Corneta reclutaron a Miguel Pérez (también bajista de
Doce años más tarde, la banda se reuniría para realizar dos conciertos espontáneos en los dos espacios recurrentes para sus actuaciones ñuñoínas: el Club de Jazz de Ñuñoa y
Mas allá de la música de nuestros interpretes favoritos hay toda una vida. Los invito a conocerla.
viernes, 22 de febrero de 2008
LA BANDA DEL CAPITAN CORNETA (Chile)
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1 comentario:
buena recopilacion amigo haces agradable la escucha gracias
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